Ya puede ser el momento de iniciar una nueva vida social, en una guardería. Aprenderá a relacionarse con otros seres humanos, tanto niños de su misma edad, como otros adultos, también capaces de enseñarle límites y darle direcciones. Este cambio servirá de mucho estímulo e impulsará su vocabulario, así como otras destrezas motoras e intelectuales. Su ritmo diario sigue su proceso de adaptación y cada vez se asemeja más al de sus padres; pero en esta etapa costarán los cambios, como reducir la siesta y comer un menú balanceado. Querrá ser siempre el centro de atención, sobre todo para mamá, y difícilmente aceptará que ocurra lo contrario.